Marcelo, fundador de Biohogares, cuenta brevemente la historia de la empresa: “En el invierno del año 2008 entré a un café de Shanghai, China, y de inmediato sentí algo especial. Un ambiente confortable, distinto del que normalmente provee un aire acondicionado en su función calor,  sistema más difundido localmente en ese momento. Ese confort lo proveía una estufa a etanol, que presentaba una estética muy cuidada y una llama encantadora. El producto era de reciente introducción en el mercado, de mayor difusión principalmente en Europa, y Argentina no lo conocía.

Yo estaba viviendo en China desde hace 3 años,  y ya estaba con ganas de volver. Enseguida me entusiasmé. Angel, mi papá, fue mi sostén local para abrir la empresa, y yo desarrollé en China el abastecimiento. En julio del 2009 iniciamos operaciones, con el objetivo de brindar al público argentino una oferta acorde al gusto local. Fuimos pioneros.

Pasaron varios años, el mercado se expandió, aparecieron muchos competidores. Nuestra elección fue mantenernos innovadores pero no crecer exageradamente en tamaño. Esto me posibilita seguir brindando un trato y asesoramiento personal, tanto a clientes finales como a distribuidores. Yo  asesoro personalmente en los proyectos, y me aseguro de que lleguen a buen puerto. Esto es posible gracias a la red de proveedores, distribuidores y profesionales -arquitectos/diseñadores de interiores- que colaboran con nosotros, y que es el gran capital construido en estos años de empresa. Y por supuesto gracias a los clientes finales que en definitiva son el motivo de nuestra existencia.”

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